Las
hay de muchos tipos, y evalúan directamente tus competencias y
habilidades para el puesto de trabajo.
Son
aquellas en las que se evalúan conocimientos propios de una
profesión, ejercicios que simulan las condiciones reales que se
darían en un puesto determinado. Lo que intentan averiguar es hasta
qué punto sabes hacer tareas similares a las que tendrías que
realizar en el puesto al que aspiras.
Se
hace uso de ellas cuando la actividad a desempeñar requiere una
serie de conocimientos y/o técnicas específicas.
Se
pueden aplicar de forma individual o colectiva, y pueden realizarse
de forma oral (venta de un producto), escrita (supuesto de
contabilidad en formularios oficiales) o manual (manejo de
fresadora).